Realmente
volví de vacaciones con un saco lleno de
cosas que compartir y volver a poner los motores en marcha me ha hecho
demorar uno de mis grandes placeres : escribir y sobretodo escribir sobre
nuestras casas , cómo son y cómo nos influencian.
Me gusta
mirar los edificios e imaginarme cómo son las casas a las que pertenecen esas
ventanas, las personas que viven allí, cuántos son de familia, si viven solos,
si cocinan, las aficiones tienen, … o a veces el ejercicio contrario: miro las
personas que pasan por mi lado, o los que tengo delante en una reunión y me
imagino sus casas, cómo se relacionan con ellas, cuando me invitan reconozco a
las personas según sus casas y a la inversa imagino sus casas según su forma de
relacionarse… un ejercicio que por descontado hago continuamente con mi casa , es
mi gran laboratorio: me reconozco en la planta de mi casa y con pequeños
cambios busco grandes soluciones… ja, ja, ja y así voy consiguiendo no
estancarme, me divierto, pruébalo y verás cómo funciona.
imagen de Alexandra Grablewski /Style&Files
Acabamos
de pasar el fin de semana Halloween o Todos los Santos, otra vez hemos
despedido una estación con una fiesta, veo que no me pierdo una… y con ella las
velas para alumbrar a nuestros muertos, las castañas, boniatos, calabazas y
panellets : un exceso de energía para prepararnos para el frío que se supone
que nos ha de traer el Otoño.
Y todo
teñido de naranja: el color del amanecer
y del atardecer, el de la imaginación, favorece la fertilidad y la energía
sexual; proporciona vitalidad, sabiduría y ayuda a conseguir equilibrio
emocional. Me encanta este color , todos
los alimentos que lo tienen y la estación que representa.
En FengShui utilizamos los tonos anaranjados en la zona centro del Mapa Bagua, y su elemento es la tierra. Lógico, no?
Mucho amor,
Natalia
Mucho amor,
Natalia
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